Lindo texto de Eduardo Punset, que intenta responder a una de las preguntas fundamentales de la neurociencia y de la psicología: ¿por qué nos olvidamos de las cosas? Un breve texto que nos dejará reflexionando, y también sin duda, investigando. Fue publicado originalmente en su blog oficial: www.eduardpunset.es
Ya sabíamos que el sueño no equivale a una parada de actividad del cerebro. Cuando nos vamos a dormir, el cerebro sigue trabajando sin que, hasta ahora, supiéramos muy bien en qué. Se acaba de descubrir que la mosca del vinagre –que, genéticamente, se parece mucho a nosotros– controla el sueño desde una región cerebral que está íntimamente ligada a la memoria y al aprendizaje. Casi con seguridad, la mosca aprovecha el sueño para aprender lo que ha memorizado durante el día.
Cuando nosotros imaginamos despiertos, estamos visualizando y sintiendo como si realmente estuviéramos viendo –una nube, un paseo por el campo o un partido de tenis–, con una única diferencia: no activamos el sistema motor. No abrimos los ojos para ver la nube, no caminamos ni le damos a la pelota en el partido de tenis visualizado. Igual que en los sueños. Deportistas de élite, músicos y hasta enamorados pueden practicar soñando –como hacen las moscas del vinagre– y, además, también imaginando. Realmente, el que no aprende es porque no quiere: puede hacerlo en clase, imaginando y, en última instancia, soñando.