Por Carolina Olmedo
Comencé a dar sesiones vía skype hace siete años, sin pensarlo mucho y por iniciativa de una paciente que emigró a Estados Unidos siguiendo un proyecto laboral. Nuestro trabajo psicoterapéutico apenas comenzaba cuando planteó su partida hacia Estados Unidos sin un tiempo de regreso específico, lo mismo podría ser un año, que dos, diez o quedarse a vivir definitivamente en ese país. Mi propuesta en ese momento fue tener un proceso breve y focalizado en su problemática presente, con un tiempo predeterminado por la fecha de su partida. Para mi sorpresa, ella elaboró una contrapropuesta de trabajo: continuar el proceso y tener sesiones vía skype.